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Todos
sabemos que el futbolero copiapino, en general, siempre ha dejado
mucho que desear. Puedo dar fe de que este es el único estadio de un
equipo profesional en el cual una persona puede ir a un partido del
club local con camisetas de equipos foráneos. Puedo decir, con mucha
lástima, que escuchar más los cánticos de las barras visitantes es
algo más bien común en el Luis Valenzuela Hermosilla. Tengo la
certeza que esta ciudad es de los pocos lugares donde incluso en las
buenas campañas el público va más a putear al equipo que a darle
apoyo.
Pero
lo ocurrido el día miércoles en el partido de Copa Chile fue un
despropósito. Luego del inexplicable empate en el partido de ida en
Limache, teniendo en cuenta que hay dos categorías de diferencia
entre un equipo y otro, el club amateur de la Región de Valparaiso
salió a la cancha a jugarse quizás su única oportunidad en la vida
para poder jugar un partido con un club de primera división, premio
que obtendría si lograba derrotar a Copiapó. Nuestro club supo
dominar con buen futbol el inicio del partido, e incluso se generó
diversas ocasiones de gol que lamentablemente no se pudieron
concretar por errores en la definición, adjudicables quizás a la
falta de un delantero de
área.
Si
bien el partido se ponía dificil por la seguidilla de goles sin
concretar y por la inexplicable salida del “Rata” Castillo,
Deportes Copiapó mantenía el dominio de la cancha, con el balón
controlado y demostrando en la mitad del campo que el ritmo del
fútbol profesional es superior al de la Tercera División. No hay
que desconocer que Limache tuvo al menos tres llegadas de peligro,
pero todas ellas fueron generadas por jugadas de pelota parada.
Mientras tanto, por la radio
Maray el señor Kenio Rojas y
su equipo se dedicaban
a mentir descaradamente sobre el desarrollo del partido. En
vez de cuestionar las decisiones técnicas, como ingresar sin un
delantero neto o sacar del juego a Castillo, los “periodistas” de
la Radio Maray no paraban de llenar de elogios el juego de Limache, y
sin argumentos técnicos básicos a criticar el accionar del equipo
local, situación que coloquialmente denominamos CHAQUETEO.
Una cosa es tener conflictos
personales con alguna persona del cuerpo técnico, pero otra muy
distinta es analizar un
partido totalmente distinto al que todos
estabamos viendo en el estadio. A
eso se suma que desde la tribuna comenzaron algunos tibios gritos de
hinchas que exigían la salida del director técnico Erwin Duran.
Afortunadamente
llegó
el anhelado gol de Deportes Copiapó, pero con ello el jóven equipo
del Marga Marga salió a
jugarse el todo por el todo, y de forma impetuosa e incluso
desordenada comenzó a acercarse peligrosamente al arco copiapino. Lo
lamentable, es que el público
después del gol copiapino comenzó apresuradamente a burlarse del
osado rival con el clásico “ole, ole”,
pero a penas los limachinos empataron, la barra comenzó a gritar con
más fuerza que la vez anterior“¡que se vaya el Duran,
que se vaya el Duran!”.
A
quienes gritaron, sólo me queda decirles que son unos termocéfalos,
y que no basta con ponerse
una camiseta para querer a un club.
Pero el verdadero problema no
es con quienes vociferan
estupideces desde
la galería del
estadio, el problema es con
quienes lo hacen por un micrófono y en señal de radio, el problema
es con quienes se dicen ser el único medio que sigue a Deportes
Copiapó. Somos muchos y muchas hinchas quienes estamos aburridos de
la constante persecusión que se hace hacia nuestros jugadores y
hacia el cuerpo técnico. Si queremos que la ciudad realmente apoye
al club, debemos partir por tener medios de comunicación que
realmente se dediquen a apoyar al equipo y no a chaquetearlo.
Y a Don Erwin, desde esta humilde tribuna le entregamos todo nuestro apoyo mientras dure su gestión. Sabemos que es un técnico que sabe de fútbol y lo ha demostrado en todos los equipos donde ha estado. Quizás lo que le genera rechazo al seudoperiodismo de "Deportes 2000", es que Erwin Duran es una persona que se puede sentar a conversar seriamente de fútbol, de sus anhelos, de sus proyectos y de sus ideales, tal como lo hizo en la entreviste que le realizamos cuando recién llegó al club. La inteligencia asusta, y no es novedad que es mucho más fácil ser estúpido para ser feliz.